La rentabilidad de este concepto de negocio supera la media del sector. La facturación neta de un local de la marca es de 480.000 euros anuales con un beneficio de 76.800 euros anuales y el retorno de la inversión se estima entre 2,5 y 3 años aproximadamente.
Taberna El Papelón, franquicia de restauración moderna ambientada en las antiguas abacerías o tiendas de ultramarinos del siglo pasado, un negocio de éxito en un sector que mueve 19.050 millones de euros anuales en España. La enseña se sitúa en el ámbito de las tabernas o cervecerías especializadas y/o temáticas. Este sector facturó en 2013 unos 19.050 millones de euros, operando 64.520 empresas de restaurantes con 72.294 locales. De estos locales, 13.350 estaban adscritos a cadenas, de los cuales el 62 % eran franquicias, y 59.000 eran independientes.
En cuanto al valor de mercado, los restaurantes independientes representan 14.650 millones de euros y las cadenas, 5.650 millones.
En cuanto a la rentabilidad del propio negocio, Taberna El Papelón supera la media de beneficios que se obtienen en el sector por cadenas de franquicias. La inversión para establecerse como franquiciado oscila desde los 130.000 a los 170.000 euros, con un canon de entrada de 20.000 euros, y un royalty del 4% con bonificaciones a partir de 50.000 € de venta mensuales. Se requiere que al menos el 40 por ciento de la inversión estimada sea sufragada con recursos propios. La facturación media neta de un local es de 480.000 euros anuales con un beneficio de 76.800 euros anuales y el retorno de la inversión se estima entre 2,5 y 3 años aproximadamente.
Taberna El Papelón responde al sueño de un empresario sevillano, con una gran experiencia en el sector de la restauración y la franquicia, Rafael Ruiz Pérez, que junto a un equipo multidisciplinar y con gran trayectoria en el ámbito de la franquicia tratan de confeccionar un nuevo modelo de negocio que combine la restauración tradicional con productos de calidad de marcado acento andaluz y de “toda la vida” con los parámetros de la restauración moderna, operativa y sencilla. “La idea desde el principio fue crear un concepto de calidad, diferente y divertido y que aunque estuviera enfocado a un desarrollo en franquicia, tuviera matices diferenciados de lo que entendemos hoy día por una franquicia, donde los conceptos al crecer masivamente se vulgarizan y desvirtúan por repetición o clonación. La idea era crear un concepto que aunque reuniera los condicionantes de estandarización y globalización que requiere un concepto para franquiciar, cada unidad de negocio tuviera matices diferenciadores en su ambientación, y en general fuera un concepto sólido a la vez que flexible a la demanda del mercado”, explica Rafael Ruiz, fundador de la red.
Taberna El Papelón quiere potenciar su plan de expansión a través de aumentar y mejorar la comunicación sobre el proyecto. Si 2013 cerró con 4 locales, las previsiones para acabar el año le llevarían a abrir entre 9 y 10 establecimientos. A dos años vista, la compañía quiere alcanzar los 50 y posicionarse en todas las regiones de la geografía española. “Podemos atender peticiones de todas las partes de España pero las prioridades de crecimiento están fundamentalmente en Madrid, ya que aquí tenemos un potencial de crecimiento evidente por lo innovador del concepto, en Andalucía y Cataluña, que una vez abierta la primera unidad conseguiremos avanzar en su desarrollo”, explica Juan Carlos Bernabéu, director de expansión.
El modelo de negocio de Taberna El Papelón tiene una operativa de funcionamiento muy sencilla y divertida que combina lo mejor del autoservicio con lo mejor del servicio en mesa. Los locales no necesitan salida de humos ya que no se cocinan productos en su interior, sin embargo sí que completa los productos de zona de corte (chacinas, quesos y embutidos) con comida caliente o fría tradicional como guisos de carnes, pescado, legumbres, verduras, etcétera, además de otros productos complementarios, que hacen que la carta definitiva sea muy completa y variada. Más información
Taberna El Papelón es una franquicia de restauración moderna ambientada en las antiguas abacerías o tiendas de ultramarinos del siglo pasado donde el cliente podía comprar a granel o a gramaje cualquier tipo de embutido, chacina, quesos, salazones, y, o bien comérselo en el local acompañado de cerveza o de un buen vino o llevarse el producto envuelto en el típico “papel de estraza” o “papel parafinado” a casa directamente sin consumir en el local, a modo de tienda