Pizza Buona, la enseña navarra de restauración, ha realizado una inversión en la renovación de la imagen de sus locales, con el objetivo de potenciar la línea corporativa de la marca.
El cambio de imagen conlleva cambios en varios aspectos. En los restaurantes la compañía ha instalado cuatro pantallas de 42 pulgadas instalados en los mostradores. Estos monitores sirven como soporte para mostrar el menú digital. De esta manera los clientes pueden visualizar los diferentes platos de manera más real y facilita la comunicación de promociones y ofertas.
Además los locales han experimentado cambios en la decoración. Los colores rojo y blanco han pasado a un segundo plano con la incorporación de imágenes viniladas en alta calidad. Estas nuevas imágenes transportan al cliente a diferentes rincones icónicos de Italia como la Torre de Pisa o los canales de Venecia.
Esta nueva imagen es más dinámica, atractiva y juvenil. Con ella la compañía busca adaptarse a las últimas tendencias del sector y a las necesidades y preferencias de su público cada vez más amplio.
Pizza Buona comenzó su actividad en 2009 con el propósito de poner en funcionamiento una pizzería que fuera más allá de lo que hasta entonces existía en el mercado. Con ese objetivo la cadena ha configurado un concepto de restaurante en el que además de pizzas, elabora hamburguesas, bocadillos y otras variedades como alitas de pollo, nuggets o patatas fritas, para consumir en el local o a domicilio.
Desde sus inicios, la cadena ha apostado por un producto de calidad, elaborado con materia prima de primera calidad, dotando a cada plato de un sabor único, lo que ha facilitado un alto nivel de fidelidad entre sus clientes.
Con tres establecimientos operativos en Navarra, la estrategia de crecimiento de Pizza Buona está centrada en llevar a cabo una expansión contenida bajo el modelo de franquicia, para poder consolidar cada una de las aperturas y garantizar la rentabilidad de cada una de las nuevas unidades de negocio.
Para formar parte de la red de pizzerías Pizza Buona, es necesaria una inversión que gira en torno a 50.000 euros para locales desde 40 metros cuadrados, ubicados en poblaciones con un mínimo de 20.000 habitantes.