Pizza Buona, la enseña navarra de restauración, acaba de comenzar su crecimiento nacional, mediante el que espera posicionarse con una red de diez establecimientos a lo largo del próximo ejercicio.
Tras estudiar las distintas posibilidades de expansión, la empresa ha decidido emprender su desarrollo bajo el sistema de franquicia, a través de un modelo cien por cien reproducible, que cuenta con el respaldo de seis años en el mercado y la experiencia de tres unidades a pleno rendimiento en las principales poblaciones navarras.
Pizza Buona comenzó su actividad con el firme propósito de poner en funcionamiento una pizzería que fuera más allá de lo que hasta entonces existía en el mercado. Con ese objetivo la cadena ha configurado un modelo de negocio en el que además de pizzas, elabora hamburguesas, bocadillos y otras variedades como alitas de pollo, nuggets o patatas fritas, para degustar en el local o a domicilio.
Desde sus inicios, la cadena ha apostado por un producto de calidad, elaborado con materia prima de primera calidad, dotando a cada plato de un sabor único, lo que ha facilitado un alto nivel de fidelidad entre sus clientes.
A partir de ahora, la estrategia de crecimiento se centrará en llevar a cabo una expansión contenida, para poder consolidar cada una de las aperturas y garantizar así el éxito de cada una de las nuevas unidades de negocio.
La inversión necesaria para poner en funcionamiento una franquicia Pizza Buona, gira en torno a 50.000 euros, en locales desde 40 metros cuadrados, ubicados en poblaciones con un mínimo de 20.000 habitantes.