Me aburro… ¡Qué bien!
¿El aburrimiento es negativo o es necesario? Normalmente, el aburrimiento es algo que está considerado como negativo. Todos nos aburrimos en algún momento, sobretodo, los/as niños/as. Seguro que muchas veces hemos escuchado, “me aburro”. Cuando esto ocurre, todas las alarmas se ponen a sonar y en nuestra cabeza resuena, y ¿ahora qué hago?
Muchos papás y mamás se sienten, a veces, responsables del tiempo libre de sus hijos. Contraen la obligación interna de poder suministrar de pasatiempos y ocupaciones a los/as pequeños/as, creyendo que así van a estar aprendiendo, divirtiéndose o tranquilos. Sin embargo, como ya hemos dicho, tanto niños como adultos, nos aburrimos. Es importante saber que ese aburrimiento es parte de nuestro desarrollo y que es beneficioso aprender de y con él. ¿Para qué sirve el aburrimiento?
Ésta es una pregunta frecuente y podríamos pensar, ¡pues para nada! Pero ni mucho menos. Podemos decir que es un recurso importante, ya que la inactividad a veces, nos lleva a momentos constructivos. Salir del aburrimiento, es una capacidad que el ser humano posee desde que nace.
El aburrimiento tiene una función importante, en especial medida, para los niños. A través de esos momentos, exploran su mundo interno y externo. Descubren colores, formas, emociones e infinidad de cosas que no podrían descubrir en actividades guiadas o más pautadas. Que por otro lado, son las tareas a las que más están acostumbrados/as.
Es bueno enseñar a los/as niños/as a apreciar el aburrimiento. También gracias a él, desarrollamos otro de los recursos importantes para el afrontamiento de muchas situaciones, la creatividad. Cuanto más aburridos están y menos herramientas tienen a mano, más trabajará su mente para poder llegar a un momento de diversión y ocupación que les haga felices. Por eso es beneficioso que les ayudemos a apreciar estos momentos de autoconocimiento y desarrollo. ¿Cómo combatir el aburrimiento?
Es bueno ofrecer a los/as niño/as un espacio para proponer sus ideas y actividades autodirigidas. Se sentirán muy contentos/as siendo ellos/as los/as guías de su aprendizaje.
No obstante, os dejamos algunas ideas que pueden ser muy divertidas para toda la familia:
El tarro del aburrimiento: Ésta es una idea genial. Se trata de buscar un tarro y destinarlo para una gran labor: almacenar ideas para divertirse en momentos de aburrimiento. Muchas veces no se nos ocurre qué hacer en esos momentos. Pero ¿a quién no le ha pasado que después ha dicho “podríamos haber hecho tal cosa….”? Las ideas van y vienen y no siempre nos acordamos en el momento preciso, pues qué mejor que apuntarlas, guardarlas y recuperarlas cuando el aburrimiento aparezca. Me disfrazo y ahora soy…: Los disfraces, ropa vieja, complementos, caretas, pinturas…un sinfín de cosas que podemos utilizar para dejar volar nuestra imaginación con los peques y vivir aventuras infinitas. Creando historias: Para esta actividad, hay multitud de variantes. Podemos imprimir dibujos diferentes, coger juguetes al azar o mirar la forma de las nubes. Con todo, crearemos historias divertidas, imposibles y ante todo, creativas.
Como veis, el aburrimiento tiene muchos beneficios. Aunque a veces sea un momento complicado para nosotros o nuestros/as pequeños/as, no os preocupéis, aprenderán a gestionar ese tiempo y desarrollar habilidades para “escapar” de él. Recordad que si transmitimos que el aburrimiento es negativo, los/as niños/as lo verán como algo malo para ellos. No depende de la situación en sí, sino de la actitud que tomemos ante ella.
Enseñemos a nuestros/as pequeños/as el valor del aburrimiento.