Lucir un cuerpo en condiciones –tampoco hay que exagerar con lo de escultural– y una piel radiante es el objetivo que la mayoría nos marcamos para la época estival; y cada vez más para la primaveral. Pues bien, según la fundadora de la cadena de centros de salud y bienestar Templo del Masaje, Maribel Corpa, «El mayor error es esperar hasta el último momento. «Lo ideal es aprovechar abril y mayo para que en el mes de junio estés estupenda/o», advierte esta experta en tratamientos corporales. «En el Templo intentamos englobar todo en el ‘Método Change’, que aplicamos cuando hacemos un diagnóstico a cada persona que viene a vernos con un deseo concreto de mejora corporal. Porque cada uno somos un mundo, y hay que analizar sus circunstancias para saber cuáles son sus fortalezas y también sus debilidades, explicarle en qué podemos ayudarla y conocer de primera mano hasta qué punto la persona está dispuesta a cambiar de verdad».
Las responsables de Templo del Masaje intentar saber cómo se alimenta la persona, cuales son los hábitos de ejercicio físico, de descanso, de trabajo... «Hoy en día, los alimentos están sobretratados transgénicamente, y hay muchísimos que han sido alterados de tal manera que ya no son lo que eran: no se respeta la recuperación natural de los terrenos de agrícolas, no los dejan reposar, no se rotan los cultivos como antaño –que se cambiaban con los ciclos lunares– y todos los abonos y los insecticidas eran naturales. Hoy todo está muy manipulado: la tierra no tiene minerales y por tanto los frutos no maduran con las propiedades que deberían poseer. Hay que comer fruta y verdura, pero ¿qué calidad de fruta y verdura tenemos actualmente?».
El azúcar blanco no es saludable, pues todo alimento refinado es incómodo para nuestro organismo: perjudica y ralentiza la digestión. Y sin embargo los dos primeros alimentos que consume la población son azúcar y leche, cuando deberían ser los últimos de la pirámide alimenticia. «La leche está muy tratada, y de ahí el incremento de la intolerancia a la lactosa; que se produce porque el organismo, que muestra carencias fundamentales, ya no sabe lo qué digerir. Además, le faltan flora, bacterias… y por tanto se producen indigestiones, intolerancias alimentarias que se cree que son alergias, pero que en realidad no lo son. Ahora está de moda la estevia, que es un endulzante natural. Ayuda con el colesterol, es anticancerígeno, mejora la circulación… pero si consumimos estevia, que sea preferiblemente en gotas, para que esté lo menos tratada posible».
Pero ¿son peores los hábitos alimenticios o lo que verdaderamente come la gente? «Son erróneos los hábitos y las horas de las comidas, son malas las cantidades que se ingieren y el tiempo que invertimos en comer: engullimos, no masticamos, y por tanto no hacemos la digestión correctamente. La digestión comienza en la boca –la comida debe convertirse en puré semilíquido antes de tragar– y el alimento va demasiado entero al estómago, que sufre para digerirlo», asegura Maribel Corpa, que explica que «lo saludable es comer siempre a las mismas horas, sentarse a hacerlo y emplear como de 25 a 40 minutos». Lo ideal es de 3 a 5 pequeñas comidas diarias, y siempre de un solo plato. Un desayuno generoso; un sandwich o una pequeña ensalada a media mañana; una comida más ligera, porque ya no habrá tanta hambre; una pequeña merienda –un sándwich o un par de piezas de fruta– y en la cena tortilla o un pescado. «Y nada de hacerlo de madrugada o de acostarse sin haber hecho la digestión».