Alfa Inmobiliaria prevé un rebote del 10% en el sector, aunque sin alcanzar los niveles previos al covid
La vacunación masiva, no solo en nuestro país si no a nivel mundial, y el crédito hipotecario, se han convertido en la esperanza del sector inmobiliario para 2021, por encima de la situación del mercado laboral.
Según el último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al mes de octubre, la compraventa de viviendas se contrajo un 13,3%. Para el presente ejercicio, la compañía Alfa Inmobiliaria estima un rebote del 10%, aunque sin alcanzar los niveles previos al virus. “Estimamos que hasta 2022 no volveremos a alcanzar las 500.000 operaciones al año” afirma Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria.
Ante esta situación, este directivo afirma que el remedio que antes devolverá la normalidad a la actividad serán las vacunas y el crédito.
En opinión de Duque, es importante que esta vacunación sea muy ágil, y se produzca a nivel mundial. “A pesar de los enormes avances logrados por el sector gracias a las herramientas tecnológicas, -las videoconferencias, los tours virtuales a las viviendas, la firma digital, los chatbots, etc-, el sector no remontará hasta que podamos volver a movernos libremente, y recuperemos el turismo e incluso la llegada de nuevos residentes, ya sean jubilados europeos, profesionales internacionales o familias extranjeras que lleguen a nuestro país buscando un futuro mejor”.
La otra gran esperanza como palanca del sector inmobiliario es el crédito hipotecario. Ante las dificultades que se prevén en la economía en general, y en el mercado laboral. “Si los bancos comienzan a endurecer los requisitos para ofrecer el crédito para minimizar los riesgos de impago, podría complicarse el conseguir una hipoteca, una herramienta imprescindible para el 70% de los compradores”, añade el directivo de Alfa Inmobiliaria.
“No obstante, los préstamos hipotecarios para los próximos meses continuarán en la parte más baja de la curva, tanto si hablamos de interés variable como fijo, por lo que aquellas personas que puedan dar garantías a las entidades bancarias, saldrán beneficiadas en una operación de este tipo”, añade Duque.
Un mercado con paradojas A pesar del complicado año vivido, el sector inmobiliario no ha salido tan perjudicado como podía esperarse. Los datos muestran que la pandemia no ha hecho caer los precios, como lo hizo la crisis del 2008. “La razón de esto es, en nuestra opinión, añade Duque, que muchas personas, que no pensaban cambiar de vivienda, han descubierto que la que tienen no se adapta a sus nuevas necesidades. También se está produciendo un traslado continuo de personas que han visto cómo podían modificar su lugar de residencia a lugares más tranquilos, menos poblados y, sobre todo más baratos, sin que ello afecte a su situación laboral. Y, por último, el importante número de viviendas que operaban en el sector turístico y vacacional que se han puesto en venta, en muchos casos a un precio ajustado e interesante para muchos inversores.