Aunque la temporada alta para la crepería llega en los meses estivales, este año el crudo invierno de Europa está provocando que muchos turistas opten por las Islas Canarias como destino turístico. Para sorprender a los nuevos visitante, La Boheme continúa innovando con nuevos platos en los que fusiona la dieta mediterránea y la comida francesa.
La crepería La Boheme no descansa ni en invierno. A pesar de que la temporada alta para este tipo de negocios en Tenerife es en verano, con la llegada del buen tiempo, este año incluso el invierno está resultando muy productivo. El gélido frío de los meses de enero y febrero está atrayendo a gran cantidad de turistas de países europeos y del norte de España a las Islas Canaria en busca de temperaturas más cálidas, playa y buena comida. En este sentido, la crepería que regenta Thierry Carrayol se encuentra a pleno rendimiento y no cesa en su empeño de ofrecer comida de calidad, basada en la fusión de la dieta mediterránea y la comida francesa. “Gracias a la variedad de productos que ofrecemos a nuestros clientes, hemos conseguido que el restaurante se llene tanto de niños pequeños con sus padres como de personas más mayores”, explica el gerente. El secreto, según Carayol está en “la continua innovación, el buen trato hacia el cliente y todo ello no puede ser posible sin un equipo humano coordinado y satisfecho con su trabajo”. Este emprendedor enamorado de la buena cocina, innova en su carta cada cierto tiempo, con nuevas recetas que rescata en algunos de sus viajes internacionales. “Me gusta mucho viajar, conocer lo que se está haciendo en otros lugares en cuanto a comida y traer recetas innovadoras con las que sorprender a mis clientes”, explica. Desde que en 1996 La Boheme abrió su primer establecimiento en El Médano, este restaurante especializado en crepes y ensaladas no ha hecho nada más que crecer. Bajo el concepto de comida rápida, sana, de calidad y a precios moderados, la Crepería LA BOHEME se ha convertido en un referente para el paladar de los habitantes de la isla de Tenerife. Por ello, el objetivo de su creador es consolidarse como franquicia, 13 años después de sus comienzos, para que el resto del mundo pueda conocer sus productos, empezando su expansión por la península. La Boheme está pensada para el cliente que no puede invertir mucho tiempo en el almuerzo o la cena, sin estar reñida con la calidad del producto. La carta tiene como base principal la comida mediterránea: aceite de oliva, cereales, legumbres, frutas y hortalizas. Pero esta dieta no se ofrece al estilo tradicional. Los cocineros experimentan continuamente con crepes y unas innovadoras ensaladas, de productos frescos y de calidad. De hecho, cuenta con una carta en la que se ofrecen 40 crepes salados, 60 dulces y 20 ensaladas, y sus cocineros constantemente están incorporando nuevos productos para sorprender a todos los clientes, que son los que tienen la última palabra a la hora de decidir si serán incluidos en la carta o no.
Sobre la crepería La Boheme Desde 1996, año en el que se abría el primer establecimiento, La Boheme ha tenido como línea de negocio principal el servicio de comida-crepes-ensaladas, mediante el sistema de restaurante, bajo el concepto de comida rápida, sana, de calidad y a precios moderados. Y gracias a ello, se ha convertido en una marca más que reconocida en la isla de Tenerife, de la mano de su fundador y presidente, Thierry Carayol, de origen francés. En la actualidad, todo aquel que quiera poseer un negocio como éste, puede hacerlo, gracias a que La Boheme tiene abierta sus puertas al mundo de la franquicia. Además, la enseña ofrece un programa de formación para el franquiciado muy completo, con una parte teórica y otra práctica, que le permitirá aprender todo lo necesario para poner en marcha el negocio, contando con la asistencia y el apoyo continuado por parte del franquiciador.