El gerente de la franquicia, Thierry Carayol, participa en un viaje en bicicleta por el país de Mongolia para experimentar, innovar y sorprender a su vuelta con nuevos platos. La crepería La Boheme se caracteriza precisamente por la innovación y su apuesta por introducir ‘comidas del mundo’.
Un año más, la franquicia Crepería La Boheme quiere aprender nuevas recetas ‘del mundo’ para sorprender el paladar de sus clientes el próximo año. Tanto es así que el gerente de la enseña, Thierry Carayol, aprovechará un viaje de dos semanas a Mongolia, para conocer a fondo costumbres culinarias del país e importar algunos exóticos platos a su restaurante. El Finger Mutton (cordero dedo) es la comida tradicional de este país asiático, degustado mejor para miles de años; y se llama así porque la gente a menudo utiliza sus dedos para tomar la carne al comer. Entre otros ingredientes en su cocina destaca la mantequilla, nutritiva y con un sabor único, adecuada para la alimentación tanto de los chinos como para de los occidentales, así como el queso, que es uno de los productos lácteos del pueblo mongol.
La Crepería La Boheme es un referente para el paladar de los habitantes de la isla de Tenerife, gracias a su innovación y su concepto de comida rápida, sana y de calidad. De hecho, cuenta con una carta en la que se ofrecen 40 crepes salados, 60 dulces y 20 ensaladas, y sus cocineros constantemente están incorporando nuevos productos para sorprender a todos los clientes, que son los que tienen la última palabra a la hora de decidir si serán incluidos en la carta oficial de la enseña o no. Ya el pasado verano, Carayol se trasladó a Canadá para conocer las claves de su cocina. Con la escapada a Mongolia, los clientes de este establecimiento podrán también, disfrutar de las esencial orientales.
El viaje a Mongolia tiene otro objetivo para el empresario francés: participar en una carrera en mountain bike por algunas zonas del país, pues es un gran aficionado al deporte. Gastronomía y deporte son los dos bastiones del gerente de La Boheme, pues siempre que puede patrocina sus establecimientos en eventos deportivos para demostrar que la buena comida y la práctica del deporte están unidas y que su restaurante promueve hábitos de vida saludables.
Sobre la crepería La Boheme Desde 1996, año en el que se abría el primer establecimiento, La Boheme ha tenido como línea de negocio principal el servicio de comida-crepes-ensaladas, mediante el sistema de restaurante, bajo el concepto de comida rápida, sana, de calidad y a precios moderados. Y gracias a ello, se ha convertido en una marca más que reconocida en la isla de Tenerife, de la mano de su fundador y presidente, Thierry Carayol, de origen francés. En la actualidad, todo aquel que quiera poseer un negocio como éste, puede hacerlo, gracias a que La Boheme tiene abierta sus puertas al mundo de la franquicia. Además, la enseña ofrece un programa de formación para el franquiciado muy completo, con una parte teórica y otra práctica, que le permitirá aprender todo lo necesario para poner en marcha el negocio, contando con la asistencia y el apoyo continuado por parte del franquiciador. La inversión necesaria para la apertura de esta franquicia es de 95.000 euros aproximadamente, incluido el derecho de entrada (con el programa de formación mencionado), las inmovilizaciones materiales (mobiliario, equipamiento, etc.), los gastos de establecimiento, el proyecto técnico y de decoración, etc. Es decir, todo lo necesario para la puesta en marcha.