La conocida franquicia de productos para mascotas a domicilio Husse quiere concienciar a los propietarios de animales para que tomen una serie de sencillas medidas y estar prevenidos ante los accidentes estivales más comunes. Un ejemplo son las espigas silvestres, que se pueden incrustar en las orejas, entre los dedos de las pezuñas o en el rabillo del ojo de nuestros perros, durante un paseo por el campo. Si se introducen en el cuerpo, pueden causar lesiones internas, dolor e infecciones. ¿Qué se puede hacer? Si ves la espiga y la puedes quitar fácilmente, retírala con unas pinzas, sino, acude a un veterinario.
También son comunes, recuerdan desde Husse, los problemas con mosquitos. Existe el riesgo de que la picadura de mosquito pueda transmitir dos enfermedades graves a los animales de compañía: leishmaniasis y parásitos del corazón. Los perros son los que corren más peligro. Emplea un repelente Husse antiparásitos y trata de evitar los paseos cerca de zonas boscosas, en especial a primera y última hora del día.
En nuestros pinares está también, y cada vez más extendido, el problema de las orugas procesionarias. El contacto directo con los pelos irritantes de estas orugas productoras de seda provoca inflamación de los belfos o de la membrana mucosa de la boca, con el consiguiente riesgo de necrosis, vómitos violentos y babeo excesivo. ¿Qué hacer? No dejes que tu perro merodee cerca de los pinos de los que cuelgan esos capullos blancos tan característicos, pues son sus nidos. Si tu mascota lame una oruga o incluso se la traga, enjuágale la boca con agua templada y después consulta urgentemente con el veterinario.
Por último, es necesario vigilar, al igual que sucede con los niños y las personas mayores, los golpes de calor. Los perros y gatos toleran mal las altas temperaturas, porque no sudan para autorregulase. ¿Qué se puede hacer entonces? Si tu mascota respira inusualmente rápido y parece inquieta, ponla a descansar en un rincón fresco y aplícale compresas de agua fría.