El retrato-robot del candidato que está buscando Deliciur, para cubrir alguna de las plazas geográficas que tiene pendientes en el territorio español, es el de persona que busca un autoempleo, pues dado lo asequible de la inversión inicial precisa (12.950 euros), es una buena idea el capitalizar de una sola vez la prestación por desempleo y poner en marcha el negocio.
No es preciso que esté familiarizado con el sector de la restauración, aunque sí que se requiere un cierto ‘don de gentes’, cuando no directamente un espíritu comercial, pues atender a clientes siempre conlleva trato con multitud de personalidades diferentes, y no siempre resulta sencillo mostrar una sonrisa a quien te está tratando con poca educación.
Como nos gusta repetir: “El franquiciado sólo ha de aportar su local; nosotros ponemos el negocio…”. “Deliciur ofrece a sus franquiciados un sistema de fidelización que fomenta la relación de cada tienda con sus clientes, aumentando así las posibilidades de repetición en la visita y en la compra”. Y es que los establecimientos de esta enseña están estructurados en base a un diseño exclusivo y dentro de una imagen corporativa sumamente cuidada. Un procedimiento que está recogido en su “saber hacer” desarrollado en base a la experiencia previa sobre un exitoso modelo de restaurante, para su posterior implantación en el mercado.