El BIM se ha convertido en una herramienta indispensable para el desarrollo de los proyectos de construcción. En la implementación de las estrategias, el uso de este software es clave en la labor de interoperabilidad entre profesionales con distintos niveles de uso de BIM, un rol desempeñado por el Project Management Office o, también, conocido por sus siglas en inglés PMO. El PMO es el encargado de gestionar y coordinar los proyectos de la organización. Responsable de facilitar que la organización adopte un proceso común de Dirección de Proyectos y de apoyar a los gerentes en el uso correcto del proyecto, generando las alertas oportunas a la alta dirección cuando detecte riesgos, problemas y/o desviaciones significativas.
El desempeño del rol PMO, requiere de planificación, organización y gestión eficaz de los recursos del proyecto para lograr los objetivos y, a su vez, proporcionar beneficios claros, medibles y repetibles a largo plazo. Al trabajar con muchas personas este rol lo ha de desempeñar una persona colaborativa y flexible. La asociación BIM y Alta Dirección Integrada de Proyectos influye en la configuración del equipo de los proyectos, gestión, desarrollo y la toma de decisiones. Tanto la gestión eficaz como la implementación de herramientas BIM son dos palancas fundamentales en la gestión integral de los proyectos en los procesos de construcción.
El director de proyecto debe de estar alineado con la estrategia empresarial en la que trabaja y contar con habilidades directivas, especialización técnica y experiencia internacional. Por tanto, el PMO ha de ser un versátil, con dotes de liderazgo y grandes conocimientos en diferentes softwares, como el BIM. Este profesional ha de promover una mejor coordinación y cooperación de los distintos expertos durante el desarrollo del proyecto y la visualización del mismo en todo momento. El conocimiento será mayor, preciso y realista, cuestiones que se traducen en un aumento de la satisfacción por parte de los clientes.
Según EADIC, un buen PMO ha de poseer las siguientes cualidades:
Trabajo en equipo: capacidad de gestionar el equipo de forma conjunta e identificar las habilidades de cada uno de los componentes del equipo de trabajo. Resolución de conflictos: manejar y conocer las diferentes herramientas de resolución de problemas de comunicación interna que puedan afectar a los objetivos del proyecto o prevenir los problemas. Organización del trabajo: habilidad para organizar todo el trabajo tanto el suyo como el de los diferentes componentes del equipo, con la finalidad que la dirección de proyecto esté totalmente alineada. Gestión del tiempo: tener presente las fechas y los dead line que se manejan dentro del proyecto, el cronograma para hacer frente a cualquier imprevisto o incidente. Liderazgo: facultad de asumir las responsabilidades y decisiones del proyecto, además de animar y apoyar en todo momento al equipo. Automotivación: ha de saber y poder motivar como líder del proyecto al equipo. La automotivación es esencial, servirá para sacar el proyecto adelante y mantenerse a flote tanto en los malos como en los buenos momentos. Generar confianza y compromiso: ha de poseer talento para generar confianza y compromiso del equipo para conseguir los objetivos del proyecto. Visión del proyecto: aptitud de transmitir tanto el proyecto como la visión del mismo al equipo. Comunicación efectiva: inteligencia para trasladar de forma clara y entendible al equipo la información correspondiente al proyecto y su evolución, dando feedback en todo momento. Planificación: un buen líder no puede llevar a cabo un proyecto sin organización, la planificación estratégica es imprescindible. No es necesario un orden sistemático en las tareas a realizar para conseguir los objetivos del proyecto. Por último, desde EADIC, afirman que, además de cumplir con las habilidades directivas, técnicas y experiencia internacional anteriormente expuestas, el PMO debe de establecer qué herramientas utilizar y bajo que metodologías trabajar en la gestión de los proyectos, estableciendo una estandarización para evitar los problemas de compatibilidad de software o de comprensión por parte de los empleados. Los estándares garantizan otorgan un marco de trabajo común para todos los participantes en el proyecto.