La franquicia especializada en crepes y ensaladas ha terminado 2011 con unos resultado muy positivos. Por ello, para este año la empresa pretende exportar su modelo de negocio a la península bajo el sistema de franquicia.
La franquicia Crepería La Boheme arranca el año con muy buen pie. A pesar estar en temporada baja, pues en los meses estivales aumenta su clientela hasta en un 60 por ciento, recibe un goteo incesante de clientes que permiten a la enseña seguir a la última en innovación y calidad. El gerente de la marca, Thierry Carayol, señala que el éxito de La Boheme radica tanto en la selección de productos frescos, naturales e innovadores, como en el factor humano. En este sentido, entre todos los locales de La Boheme suman 32 los trabajadores contratados, lo que demuestra la fuerte apuesta de la enseña por el trabajo bien hecho y la atención personalizada al cliente. Y es que, según Carayol, “mes a mes vamos mejorando las condiciones laborales, permitiendo a los empleados, entre otras cosas, poder disfrutar de horarios continuos para compaginar el trabajo con la vida familiar”. La Boheme es un restaurante especializado en crepes y ensaladas, donde se ofrece comida rápida, pensada para el cliente que no puede invertir mucho tiempo en el almuerzo o la cena, sin estar reñida con la calidad del producto. La carta tiene como base principal la comida mediterránea: aceite de oliva, cereales, legumbres, frutas y hortalizas. Pero esta dieta no se ofrece al estilo tradicional. Los cocineros experimentan continuamente con crepes y unas innovadoras ensaladas, de productos frescos y de calidad. De hecho, cuenta con una carta en la que se ofrecen 40 crepes salados, 60 dulces y 20 ensaladas, y sus cocineros constantemente están incorporando nuevos productos para sorprender a todos los clientes, que son los que tienen la última palabra a la hora de decidir si serán incluidos en la carta o no. Además, desde hace unos meses, los clientes de La Boheme pueden, además de disfrutar de los exquisitos platos, deleitarse con la buena música que, de forma ininterrumpida, se puede escuchar en cada uno de los establecimientos. Cada local tiene su propio estilo, en función de la época del año en la que se encuentre y de la oferta de ocio que haya por sus alrededores. “Los clientes de cada local son diferentes y van buscando un ambiente concreto, por eso los estilos musicales también deben ser diferentes y adecuados a cada situación”, concluye el gerente.
Sobre la crepería La Boheme Desde 1996, año en el que se abría el primer establecimiento, La Boheme ha tenido como línea de negocio principal el servicio de comida-crepes-ensaladas, mediante el sistema de restaurante, bajo el concepto de comida rápida, sana, de calidad y a precios moderados. Y gracias a ello, se ha convertido en una marca más que reconocida en la isla de Tenerife, de la mano de su fundador y presidente, Thierry Carayol, de origen francés. En la actualidad, todo aquel que quiera poseer un negocio como éste, puede hacerlo, gracias a que La Boheme tiene abierta sus puertas al mundo de la franquicia. Además, la enseña ofrece un programa de formación para el franquiciado muy completo, con una parte teórica y otra práctica, que le permitirá aprender todo lo necesario para poner en marcha el negocio, contando con la asistencia y el apoyo continuado por parte del franquiciador.