Desde que Ucrania se vio inmersa en una gran crisis humanitaria provocada por la guerra, son muchas las empresas que están aportando su granito de arena para intentar minimizar las consecuencias del conflicto. El principal obstáculo que encuentran los donantes de material médico y productos de primera necesidad es la falta de un medio para transportarlos. Por ello, es importante seguir las recomendaciones de las autoridades competentes, las cuales aconsejan canalizar estas acciones solidarias mediante organizaciones que trabajan con los refugiados, para así maximizar la utilidad de la dotación económica o física aportada por las empresas.
Una muestra de ello es que en los últimos días han llegado más de 25 mujeres y niños refugiados desde Polonia hasta España gracias a la cooperación entre ONGs, colectivos sociales y empresas privadas. El pasado miércoles salieron de Barcelona 3 vehículos de Iberfurgo para pasar por ciudades como Medyka o Przemysl dejando productos de primera necesidad y recogiendo a 14 personas, un gato y un perro, finalmente el domingo por la noche llegaron de vuelta a la ciudad condal para poder mantenerse a salvo de la guerra. En situaciones como estas hay que intentar aprovechar al máximo los recursos, por eso en la ida viajan cargados de paquetes con la ayuda humanitaria y a la vuelta vienen con refugiados.
Tras tres semanas de conflicto, la cifra de desplazados se eleva a más de 2,7 millones, cuyos destinos principales son Polonia (1,6 millones), Hungría (246.000), Eslovaquia (195.000) y otros países europeos entre los que destacan Rumanía y Moldavia. En España, más de 1.000 personas están inscritas en el sistema de acogida, pero según ONGs y Comunidades Autónomas, el número es mucho mayor, elevándose hasta varias decenas de miles de refugiados en nuestro país.
Estas acciones se están convirtiendo en algo habitual, también a mediados de la semana pasada tuvo lugar una acción conjunta entre la Fundación Fernando Niño, Merkocash e Iberfurgo por la cual tres furgonetas cargadas con productos de primera necesidad viajaron hasta Polonia para entregar ayuda y recoger más refugiados. En su viaje de regreso las familias comentaban que “se van a tomar unos días de vacaciones y volverán a una Ucrania libre de nuevo”.