En un entorno empresarial cada vez más competitivo, los supermercados y las grandes superficies buscan constantemente estrategias que les permitan mejorar su eficiencia operativa, incrementar su rentabilidad y, a la vez, reducir el desperdicio.
En este contexto, Phenix, líder en la gestión del excedente alimentario en la gran distribución (retail) en España, destaca cómo una estrategia eficaz de gestión del excedente no solo contribuye a optimizar las ventas y reducir el desperdicio, sino que también refuerza el compromiso de las empresas con la sostenibilidad, un valor cada vez más apreciado por los consumidores.
Con el objetivo de ayudar a los negocios a implementar estas estrategias con éxito, desde la compañía señalan seis claves fundamentales para maximizar la rentabilidad a través de una gestión eficiente del excedente alimentario:
Integración y profesionalización de procesos: La gestión del excedente no debe abordarse como una serie de acciones aisladas, sino como un proceso estructurado y continuo. Desde Phenix señalan que la integración de tareas hasta ahora inconexas, así como la profesionalización y la sistematización del flujo de trabajo permite crear un proceso medible y mejorable. Solución transversal y colaboración del equipo: La gestión efectiva del excedente alimentario implica a toda la organización, desde la dirección hasta los operarios. Los expertos de Phenix destacan que una estrategia de éxito requiere formación constante, una organización eficaz de los equipos y procesos estructurados que faciliten la profesionalización de las tareas relacionadas con la reducción de desperdicios. Además, subrayan que la colaboración y la capacitación son fundamentales para que todos trabajen hacia el mismo objetivo, optimizando los resultados.
Equilibrio entre tecnología y capital humano: Una combinación óptima de herramientas digitales y supervisión experta permite detectar, controlar y dar salida a los productos con mayor rapidez, y permite ahorrar tiempo a los empleados de los supermercados. Los expertos de la compañía destacan que la digitalización de los procesos administrativos y logísticos, como las donaciones, y el análisis de datos por parte del personal contribuyen a agilizar operaciones y maximizar el aprovechamiento de los productos, manteniendo siempre la supervisión y el juicio humano como elementos de valor añadido.
Visión global y estratégica del ciclo de vida del producto: Mantener un control exhaustivo sobre el estado y las fechas de caducidad de todos los productos permite tomar decisiones informadas para optimizar su ciclo de vida. Al identificar con anticipación los productos con fechas de vencimiento próximas, las empresas pueden determinar el mejor destino de los productos, como la venta a precio reducido, la donación o la eliminación, con el fin de obtener el mayor valor económico y social. Esta visión integral minimiza el desperdicio, maximiza la rotación del inventario y ayuda a reducir costes, logrando así una gestión más rentable y sostenible del inventario. Valorización de los excedentes: La gestión eficiente de los excedentes permite reducir el desperdicio y maximizar el impacto positivo en la comunidad. Las donaciones, junto con otras soluciones, forman parte de las estrategias que pueden considerarse para optimizar la utilización de los excedentes. Cuanto más eficiente sea la logística de donación, mayor será la cantidad de excedentes aprovechados, lo que genera un retorno económico y social significativo. Además, mejorar este proceso puede ofrecer beneficios fiscales a las empresas, convirtiendo la valorización de excedentes en una opción atractiva tanto desde el punto de vista económico como de responsabilidad social. Procesos medibles y mejora continua: La clave de una gestión exitosa del excedente alimentario radica en la capacidad de medir los resultados y aplicar mejoras constantemente. Analizar indicadores clave y realizar ajustes proactivos no solo permite mejorar la eficiencia, sino también avanzar en los compromisos de sostenibilidad y rentabilidad. En línea con el anterior punto, desde la empresa señalan que, aunque las donaciones no son consideradas como gasto deducible en el Impuesto de Sociedades, es posible obtener deducciones fiscales en la cuota, siempre y cuando la entidad receptora de la donación (fundación o asociación) haya optado por el régimen fiscal especial establecido en la Ley 49/2002, y sea reconocida de utilidad pública.
Tras la reforma de la ley de Mecenazgo que entró en vigor a principios de este año, en España, las entidades jurídicas pueden deducir un 40% del importe de los donativos del impuesto de sociedades a valor contable. Además, se incluye la posibilidad de conseguir una mayor deducción para donaciones recurrentes, aumentando del 40% al 50% siempre y cuando la cantidad donada se mantenga o incremente durante 3 años consecutivos.
Son muchas las compañías que han visto materializados estos beneficios en términos económicos. Entre ellas, La Menorquina, primera empresa en producir helados de marca española en el año 1940, que en seis meses de colaboración con Phenix consiguió optimizar un 72.50% sus costes de almacenamiento y destrucción del excedente alimentario y generar un ahorro de más de 54.000€, alcanzando un retorno del 188% sobre la inversión en los servicios de Phenix.
"Una adecuada gestión del excedente alimentario no es solo una cuestión de sostenibilidad, sino también de beneficios. Los negocios que llevan a cabo una estrategia basada en la gestión de sus excedentes ven una mejora significativa en su rentabilidad, generando un impacto directo en el margen operativo" ha señalado Jean-Baptiste Boubault, Country Manager de Phenix en España