En España, cada persona desperdicia en promedio 30 kg de comida al año. Mientras, más de 1,2 millones de personas sufren inseguridad alimentaria.
Los datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revelan que, en España, cada persona desperdicia en promedio 30 kg de comida al año.
Mientras, la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) ha alertado de que la pobreza alimentaria "sigue cronificándose" en España en 2023, con más de 1,2 millones de personas que necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
Ante esta paradoja, CODESPA y A+Familias suman esfuerzos para movilizar a la sociedad y combatir este problema.
Las dos organizaciones han lanzado una iniciativa que promueve la acción del sector privado y de los ciudadanos ante este problema. El objetivo es generar conciencia entre las empresas y los consumidores acerca de la importancia de reducir el desperdicio alimentario y promover el conocimiento de buenas prácticas para el aprovechamiento de los alimentos desde sus propias experiencias.
"Nuestra trayectoria en CODESPA nos confirma que la divulgación del conocimiento y las buenas prácticas son la mejor manera de responder a los desafíos globales" señala Elena Martínez, subdirectora general de CODESPA. "Involucrar a todos los actores implicados es una forma eficaz de trabajar por la construcción de una sociedad más sostenible" asegura.
La búsqueda conjunta de soluciones se ha impulsado bajo el marco de una campaña de sensibilización: Yaya's Consulting, la primera consultora gestionada por mayores, que proporciona herramientas prácticas e iniciativas para hacer frente al desperdicio.
Hasta ahora, se han unido compañías como Carrefour, Sqrups, ILUNION Hotels, Arroz SOS, Coometas y su App Encantado de Comerte y Naria.
El sector privado, con iniciativas como la "Alimentación no tiene desperdicio" promovida por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores AECOC, lleva una década incorporando buenas prácticas para detener el desperdicio alimentario, integrando también el uso de la tecnología para hacer más eficientes los sistemas de producción y distribución y para darle una segunda vida a través de las entidades sociales.
"Europa está experimentando una transformación en el uso tecnológico, no sólo en la lucha contra el desperdicio alimentario sino también para la gestión de ayudas a familias y población vulnerable, que directamente afecta a entidades sociales como las nuestras" comenta Javier Dias de la Fuente, director de A+Familias. "Poner la tecnología al servicio de los más vulnerables no es tanto un reto futuro, sino una tarea actual, que requiere de la transformación de las ONG y todos los agentes implicados."
De esta manera, se promueve la colaboración en la construcción de un futuro más sostenible en línea con la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 plantea como meta "reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro."
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.