La cadena inglesa especializada en la compraventa de productos tecnológicos y entretenimiento digital de segunda mano.
• Prevé seguir creciendo para los próximos meses de este año • Sus ventas han crecido en un 3,1% respecto a los primeros meses de 2017 • Ha establecido un modelo de negocio que satisface tanto a vendedores como a compradores
CeX, la enseña especializada en la compraventa de productos tecnológicos y entretenimiento digital de segunda mano, ha experimentado un crecimiento en las ventas del 3,1% en los primeros meses del año.
Las compras de productos a sus clientes también han experimentado un importante incremento, han sido un 7,5% superiores respecto a 2017, lo que ha supuesto que el stock de CeX se posicione un 14,5% por encima de la marca conseguida en el ejercicio anterior.
Estos datos suponen una buena expectativa de resultados para los siguientes meses, en los que se estima que estas variables continuarán creciendo debido a que, al poseer mayor cantidad de productos, se agiliza la compraventa llegando a un mayor número de clientes.
El éxito de la marca es que, tras 26 años de experiencia en el mercado, ha conseguido establecer un modelo de negocio pensado para satisfacer las necesidades tanto de los clientes que quieren comprar, como de aquellos que quieren vender. Además, sus responsables cuidan minuciosamente todos los factores que intervienen en la actividad para optimizar al máximo el rendimiento de cada una de sus tiendas.
La compañía ya está presente en Australia, España, Holanda, India, Irlanda, Italia, México, Polonia, Portugal y Reino Unido, con una fuerte estructura formada por más de 5.000 empleados. En nuestro país CeX se encuentra totalmente consolidada con 60 establecimientos operativos y una plantilla de 600 profesionales.
CeX emplea un software especializado para determinar los precios, en base a la demanda del producto y la oferta esperada. Desde la central se hace un seguimiento permanente de la cartera de productos, analizando ventas, compras, stocks y rotación, detectando los productos que menor facturación tienen para redistribuirlos a las tiendas que más los demandan.
Este sistema permite establecer un precio de compra óptimo y un precio de venta muy competitivo, obteniendo como resultado un alto margen comercial, al mismo tiempo que da acceso al cliente a un producto a un precio que de otra manera sería muy difícil conseguir.
La inversión necesaria para poner en funcionamiento una tienda de la enseña gira en torno a los 60.000 euros, para locales con un mínimo de 80 metros cuadrados, ubicados en poblaciones con más de 40.000 habitantes.