Cervecerías La Toná, la franquicia de restauración especializada en cocina andaluza, ha inaugurado dos nuevos locales con una imagen totalmente renovada.
Las aperturas se han llevado a cabo en zonas céntricas de Madrid. En concreto en dos puntos estratégicamente ubicados, como son frente al Palacio de los Deportes y junto a la Plaza Mayor. Asimismo, en las próximas semanas se abrirá una nueva franquicia con la recién estrenada imagen en el distrito Retiro.
La nueva imagen incluye cambios en numerosos aspectos. El logotipo y la comunicación de la marca han evolucionado hacia un estilo moderno bajo la esencia clásica y artística del Sur.
La decoración del local se ha rediseñado teniendo como base las cervecerías clásicas de principios del siglo XX. Se han elegido cuidadosamente los colores y estilos dando lugar a una combinación única entre lo tradicional y lo moderno. El cliente podrá apreciar aspectos tan característicos como los azulejos de la época o flores en maceteros de mimbre en una combinación de colores pasteles que transmiten armonía. La carta se ha revitalizado de manera que la elección por parte del cliente es ahora más sencilla y de fácil visualización. Esta nueva carta incluye la incorporación de platos estrella como los son Montados Flamencos o la Pluma ibérica con denominación de Origen y mayor variedad de vinos. De igual manera la vajilla se ha modificado con el objetivo de que el producto pueda saborearse con toda su esencia andaluza. El nuevo modelo también incluye el servicio a mesa.
Para la realización de este cambio, Cervecería La Toná se ha basado en la filosofía de negocio que les ha llevado al éxito, el fair-cost. Se trata de un modelo de negocio que consiste en ofrecer al cliente precios asequibles directamente proporcionales a la calidad global del producto y servicio. Es decir, el paso del low-cost al fair-cost es una mejora en servicio, calidad y precio de los productos.
La evolución ya es visible en las nuevas cervecerías que la enseña tiene operativas en Madrid. Paulatinamente, se irán introduciendo los cambios en todos los establecimientos que actualmente tiene.
Con este nuevo modelo la compañía cumple las expectativas de su público objetivo, que valora el servicio, la calidad y el ticket final.
Según la compañía este modelo nuevo de negocio basado en el fair-cost hace de la franquicia un negocio cercano y atractivo que perdure en el tiempo. La inversión necesaria para poner en funcionamiento una franquicia La Toná es de 850 euros/metro cuadrado con un mínimo de 130 metros cuadrados en poblaciones con más de 50.000 habitantes.