Actualmente cuenta con cinco establecimientos, cuatro propios y uno en franquicia
La Garriga, el negocio de charcutería con barra de degustación más famoso de Madrid, ha comenzado el proceso de apertura de nuevas tiendas tras la consolidación de su red actual.
La enseña con más de 40 años en la capital, ha decidido seguir apostando por la expansión de su modelo de negocio mediante la asociación a terceros bajo el sistema de franquicias. Actualmente cuenta con cinco centros, cuatro propios y uno franquiciado, distribuidos en las ciudades de Madrid y Barcelona. La Garriga ha decido centrarse prioritariamente en Madrid tras la consolidación de sus tiendas de la calle Serrano y calle Génova, con la búsqueda de otras ubicaciones que poseen gran potencial en la ciudad. Los responsables de la enseña centran su previsión de aperturas en inaugurar cuatro establecimientos en la ciudad de Madrid en los próximos dos años.
La cadena irrumpe con fuerza en el ámbito de las cadenas de restauración, gracias a su dilatada trayectoria en el sector heredado de la experiencia y tradición de una tercera generación de hosteleros. Basado en criterios de cross-selling, con el jamón y otros productos de charcutería gourmet como protagonistas, existen tres líneas de negocio principales diferenciadas en servicios de barra, rincón charcutería/gourmet y el servicio de catering.
Su inconfundible servicio de charcutería con barra de degustación se presenta como una gran experiencia gourmet a través de una selección de productos de calidad con precios asequibles. Su sencilla elaboración, pero con sorprendente presencia y selecta selección, logra sorprender y superar las expectativas de los clientes. Además, a esta oferta se suma la adecuación de sus locales con un entorno innovador, único, personalizado y carismático. Aunando ambos componentes, La Garriga se posiciona como la opción que fusiona la tradición de sus productos y la innovación en la ambientación de sus tiendas, consiguiendo un escenario atemporal. Con un negocio adecuado a las exigencias del consumidor y a la evolución del sector, los clientes podrán disfrutar de un ambiente pulcro y transparente que invitan a visualizar los productos y procesos de elaboración.
La inversión necesaria para formar parte de la red de franquiciados ronda los 1.300 euros por medio cuadrado, con locales a partir de 120 metros cuadrados y para poblaciones con más de 50.000 habitantes.